La lejía doméstica es una disolución de hipoclorito sódico en agua. Según el territorio se le conoce con otros nombres: cloro, lavandina, agua de jave, agua de jane, cloro activo, decol, límpido.

El hipoclorito de sodio es una sal alcalina que se usa como desinfectante debido a su gran poder oxidante lo que le convierte en un grande destructor de materia orgánica. Pueden alterar sus estructuras y romper enlaces químicos. Por eso el hipoclorito es capaz de destruir la pared celular de las bacterias y las envolturas víricas de los virus. Ese es el mecanismo por el que el hipoclorito acaba con los microorganismos eliminando mohos, algas y otros microorganismos. Por eso se utiliza para desinfectar tantas cosas: superficies, piscinas e incluso para potabilizar el agua que bebemos, pero es preciso recordar que por su efecto en concentraciones inadecuadas puede ocasionarnos daño a nuestra piel, vía respiratoria o digestiva, al manipularlo.

Según la evidencia científica, una disolución de tan solo el 0,1% de hipoclorito es suficiente para acabar con la mayoría de microorganismos patógenos, incluyendo el actual coronavirus. Es capaz de inactivar al coronavirus por contacto en menos de un minuto. Es decir, no hace falta ni frotar ni enjuagar, porque por contacto ya queda inactivado. Por ello es suficiente para desinfectar superficies.

USO SEGURO SOBRE MATERIALES

Como está tan diluido, no hay que preocuparse por materiales sensibles como metales (a excepción del cobre), granitos o mármoles. No les afectará. Pero sí es corrosivo para la piel, así que hay que aplicarlo siempre usando guantes.

SIEMPRE EN AGUA FRÍA Y ALMACENADA EN UN RECIPIENTE DE PLÁSTICO CERRADO Y OPACO

Esta descomposición es lenta, pero se acelera con la temperatura, la luz y en contacto con el aire, algunos metales y ácidos, entre otros factores. La formación de cloro gas, que es un compuesto tóxico, corrosivo e irritante, con un fuerte «olor a piscina», se forma cuando la lejía se calienta. A partir de 30°C se empieza a formar cloro gas de forma significativa. Por eso es tan importante no usar jamás agua caliente con lejía. Es muy peligroso.
Aunque cuando el hipoclorito está muy diluido, la descomposición es más lenta, sí se acelera por acción de la luz, el aire y la temperatura. Por eso debemos almacenarla protegida del calor. Si la guardamos en un recipiente abierto, como el cubo de fregar, la descomposición será mucho más rápida que si lo guardamos en un recipiente herméticamente cerrado, lo que nos permitirá usarla durante algún día más. También debemos almacenarla en un recipiente de plástico opaco, jamás en vidrio o metal, porque acelerarían su descomposición.

Por ello, es importante usar guantes para protegerse al momento de manipularlo, así como, mantener los ambientes adecuadamente ventilados, incluso es preferible el uso de mascarilla.

NO SE DEBE MEZCLAR LEJÍA CON NINGÚN PRODUCTO DE LIMPIEZA

Al mezclar lejía con otros productos de limpieza pueden pasar dos cosas: o bien que los productos anulen su capacidad de desinfección, o bien que se produzca una peligrosa reacción química que libere sustancias tóxicas. Ambas situaciones pueden darse a la vez.

LIMPIEZA DE LOS DEPOSITOS DE AGUA

Lavar el depósito con una mezcla de ½ cojín de lejía y un balde con agua (20 litros) con la ayuda de una escobilla o esponja metálica.
Enjuagar hasta que desaparezca el olor a lejía
Tapar el depósito para protegerlo del polvo.

AGUA SEGURA PARA CONSUMO HUMANO

Agua de bebida: Aplicar dos gotas de lejía comercial al 5% por litro de agua, taparlo y dejarlo reposar durante 30 minutos, luego utilizar.
Agua para desinfección de verduras: Debe agregarse una cucharadita de lejía por cada litro de agua y dejar reposar durante 30 minutos, luego enjuagar con agua hervida fría.

AGUA SEGURA PARA LAVADO Y LIMPIEZA

Agua para desinfectar utensilios: Aplicar dos cucharaditas de lejía por litro de agua y dejar reposar por 15 minutos y luego escurrir.
Agua para desinfectar superficies y pisos: Agregar dos cucharaditas de lejía por litro de agua.
Vale tener muy presente cual es la forma correcta de diluir la lejía, pues no es necesario concentraciones mayores que más bien, pueden desencadenar múltiples problemas respiratorios inflamatorios, así como daño de la piel en las personas que las utilizan de forma inadecuada, tal y como lo vengo notando en los pacientes que veo en este tiempo.
Ten presente que en estos tiempos de necesidad de atención, debemos evitar exponernos acudiendo a los establecimientos hospitalarios, para ello contamos hoy con la herramienta Salud Total, la app preventiva que además te permite solicitar servicios a domicilio garantizados para no tener que salir de casa.

Dr. Joseph Sánchez Gavidia
Médico Cirujano
Experto en Salud Preventiva
Salud Total App